miércoles, 20 de mayo de 2009

Cuestionan discrimen transmitido por la TV

Tomada de la edición impresa del 19 de mayo del 2009


GRÁFICO: BRUNO CARRANZA / El Telégrafo
Conartel dice que busca que los programas se autorregulen y eviten la mofa hacia grupos vulnerables.
Como una representación tergiversada y ridícula califica Óscar Caicedo, de la Asociación de Agricultores del pueblo de Trapiche de la provincia de Los Ríos, al programa “Mi Recinto” que se transmite por TC Televisión, canal incautado por la AGD.Para Caicedo, este tipo de programas lo único que hacen es “decir a la gente que somos un grupo de salvajes, ignorantes, abusivos y vagos. Esto no es así, nosotros los montubios somos gente trabajadora, organizada y respetuosa”. Rechaza este tipo de programas pero cree que los medios de comunicación no hacen nada al respecto de pese a las quejas porque lo que les interesa es tener más televidentes para vender publicidad.María Alexandra Ocles, Asambleísta de la Mesa de Participación Ciudadana, envió el 23 de abril una propuesta al Consejo Nacional de Radiodifusión y Televisión (Conartel), solicitando que se regulen y cambien los contenidos de programas de televisión como Mi Recinto, Vivos on de sea, Vivos Recargado y Vivos on the Beach. Ocles afirma que la propuesta surgió desde 1997, cuando el programa Vivos inició. En aquel año el movimiento de Mujeres Negras de Quito envió una carta a TC Televisión, a la Asociación de Canales de Televisión, a David Reinoso y José Toledo y “ninguno se dignó a contestar nada”. En ella se quejaban porque, de acuerdo con la asambleísta, el programa nació ridiculizando a los afro y a las mujeres y la tónica no cambió sino que se agudizó en los últimos años.Pero el actor cómico, David Reinoso, afirma que eso no es así. Él dice que no pretende fomentar el racismo ni el sexismo y que tampoco están de acuerdo con ese tipo de comportamientos. Según su postura el programa está encaminado a la diversión, la comedia, el entretenimiento y si en algún momento se cayera en fomentar ciertos prejuicios, pues dejarían de trabajar en esto.
Tras reunirse el Conartel y los actores del programa Vivos se estableció que ese espacio no es discriminatorioAun así Antonio García, presidente del Conartel, explica que por Mandato Constitucional y atendiendo al Artículo 58 de la Ley de Radiodifusión y Televisión, se decidió por unanimidad prohibir que las estaciones de radio y TV promuevan de alguna manera la discriminación, violencia, de- sigualdad, la ridiculización de cualquier grupo de la población o personas en particular, por cuestiones de sexo, etnia, cultural, discapacidad, orientación sexual u otras diferencias.Explicó que lo que se pretende con esta decisión es que los canales de televisión y productores revisen los contenidos de sus programas, de ninguna manera se espera que salgan del aire. “No es una medida de censura es simplemente dar cumplimiento a lo garantizado en la Constitución, que promueve el respeto y la no discriminación a todas las personas”.En este momento dicho ente monitorea los programas de TV, para ver si se acataron las disposiciones. Comenta que si no se modifican los contenidos, la sanción consiste no solo en sacar del aire el programa, sino en suspender toda transmisión del canal de televisión. “Se sanciona al medio no al programa. El Conartel no tiene relación con programas específicos ni con determinados productores, presentadores, periodistas o lo que fuere; es con el medio”, especifica.En este punto Reinoso aclara que quienes conforman el programa junto con los directivos de Teleamazonas, se reunieron con el Conartel para analizar los contenidos. Luego de está reunión se concluyó que los programas de Vivos no entran en la línea de discriminación, racismo, sexismo o burla. “Lo que hacemos es humor, por más que se quiera ocultar eso. Nosotros no infundimos racismo, nosotros hacemos una sátira de lo que sucede a nuestro alrededor”.Este diario también intentó obtener la postura del actor Fernando Villarroel sobre el tema, pero hasta el cierre de esta edición no fue posible tener una respuesta. Fernando Checa, director del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal), considera que si bien no se puede generalizar tildando toda la programación como discriminatoria, sí existen ciertos espacios televisivos que promueven estereotipos. “Lamentablemente hay actores, personajes, periodistas; no todos, que transmiten contenidos xenófobos, racistas, sexistas, discriminatorios de gays, trans y otros grupos”.Si bien piensa que la regulación es necesaria, lo señala como un tema complicado, ya que no se puede transgredir el límite entre el beneficio social y la censura, al tiempo de subrayar que existen mecanismos alternativos.Un método alternativo, indica, serían las veedurías sociales que de una forma concensuada le ponga un límite a la “telebasura que se transmite”.Aunque para Omar Rincón, catedrático de la Universidad de los Andes, la autorregulación de los medios es una salida más eficaz. De acuerdo con él, todos los dueños de los canales productores y por sobre todo la sociedad civil deben preguntarse qué tipo de identidad construyen estos programas o qué tipo de país se quiere mostrar a las personas.
Lucía Real Hidalgo