Con esa oposición…
3/22/2009
Por Grace Jaramillo. EL COMERCIO
Puede ser fácil criticar al Gobierno y al ejercicio del poder: que puede ser muy autoritario, muy estatista y otros enunciados más, pero en esta campańa política si algo ha hecho aguas es la Oposición, así con mayúscula y con todas sus letras. La Oposición y sus absurdos (y en algunos casos descarados) argumentos se han convertido en la mejor propaganda para votar por las listas gobiernistas. żCómo es posible que después de dos ańos, la oposición solo tenga las cartas del miedo, del ataque, de la simple descalificación al mismo tiempo que dice ser la representante de un mejor futuro? Empecemos por el peor de los ejemplos: el coronel Lucio Gutiérrez, un ex presidente -condición que en cualquier otro país sería sinónimo de respetabilidad- jugando la poco escrupulosa carta de desprestigiar internacionalmente al presidente Correa en Colombia, con acusaciones de narcotráfico y terrorismo nada menos. Nadie ha dicho nada sobre eso, pero hay límites que se han trastocado desde cualquier esquema mínimo de conducta política. La pírrica utilización del tema Chauvín, Angostura, Raúl Reyes han hecho de esta campańa una especie de “naranja mecánica” que sólo ha sumado votos para las listas oficiales.Alvarito Noboa tampoco se queda atrás, oficializando el nepotismo en su política de gobierno al nominar a su seńora esposa como binomio. No hay la más mínima dosis de recato sobre las condiciones políticas en las que debe marchar una democracia en un país que no aspira a ser una “Banana Republic”. Y son dos de los candidatos con más posibilidades electorales reales y un contrapeso ideológico para el Régimen.Y qué decir de los demás. Los candidatos de izquierda no ofrecen más que radicalizarse respecto a la Revolución Ciudadana y a más de eslóganes y arengas de Nomenclatura, no hemos visto un solo programa estructurado de gobierno donde haya un poco más que buenas intenciones. Pero la oposición electoral de coyuntura es talvez la menos nociva para la democracia. Lo realmente lamentable es aquella oposición de élite que suele solazarse con cada metida de pata del Gobierno y aquella que cree los peores cuentos del Gobierno de turno, sin verificar datos, sin contrastes, con el único sencillo propósito de golpear sin tener que discutir alternativa alguna. Si eso criticamos del Gobierno, deberíamos encontrar algo mejor del otro lado, pero no es así. Esa oposición es la que nunca nos permitirá construir una democracia sólida, donde se debatan políticas públicas, reformas y no perfiles personales de los oponentes.Aquella oposición es la que está forzando que sigamos el camino de Venezuela, donde no hay opciones ni alternativas viables, donde cada personaje es su propio feudo de ambiciones y obsesiones ideológico-políticas. Las élites ecuatorianas están precisamente jugando ese juego del hortelano: ni presentan opciones ni dejan que otros las presenten. Se nota qué tanto les preocupa la democracia…
