Han pasado 13 años aproximadamente del primer Congreso
Unitario del Pueblo Afroecuatoriano, cuyo lema fue “Nunca más el Ecuador sin
nosotros los Negros”. En ese momento el contexto político nos obligaba a
levantar nuestra voz para posicionar a un pueblo excluido y marginado durante
la vida y la historia de nuestro país. Algunos hechos importantes sirvieron de
antesala a este congreso, como por ejemplo, la necesidad de sentirse reconocidos por un
Estado-nación, cuya doctrina giraba entorno a la exclusión y que los
invisibilizaba. Era preciso entonces establecer mecanismos de coordinación
entre las organizaciones afros, para que desde una mirada común se pudieran
generar propuestas que incidieran en los gobiernos de turno y poco a poco en
las estructuras del Estado. El tiempo transcurre y sin duda mucha agua corre por
debajo del puente, el Ecuador cambió, subieron y bajaron varios gobiernos, la
sociedad ecuatoriana en su conjunto se hartó de la partidocracia, los
movimientos sociales continuamente exigían nuevas formas de hacer política y la
urgente democratización del Estado en donde las alternativas de
gobernabilidad dieran paso a la
participación ciudadana, así mismo los afroecuatorianos se cansaron de la
exclusión, el racismo y la discriminación estructural, exigieron mayores
oportunidades y sobre todo la garantía de sus derechos.
También a la interna del proceso organizativo
afroecuatoriano hubieron cambios, muchas organizaciones en lo cultural, social,
de género, etc., nacieron en el territorio nacional, varios procesos de
incidencia desde distintos sectores del país, dieron paso para pensar en los
derechos colectivos; la etnoeducación fue otra de sus banderas, al igual que la
lucha contra el racismo y la
discriminación que permanecían intocados. Llegaron los resultados de la III Conferencia
Mundial contra el Racismo, Durban Sudáfrica 2001, y la presencia de los
afrodescednientes a nivel mundial, advierte a los Estados que es vital generar
mecanismos y políticas de inclusión a fin de resarcir aquellas víctimas de uno
de los mayores flagelos de la humanidad. Es así que en América Latina y sin
duda en el Ecuador, se crean instituciones públicas encargadas de promover el
desarrollo de los pueblos y nacionalidades como la Corporación de Desarrollo
Afroecuatoriano CODAE, encargada de generar incidencia en el concierto de la
estructura del Estado para que la inclusión sea efectiva, pero simplemente
estas instituciones fueron en su momento un acto clientelar que sin lugar a
dudas no significaba transformaciones reales en la vida de los
afroecuatorianos.
A partir del 2007, con la llegada de la Revolución
Ciudadana a través de un gobierno progresista, con el marco de una nueva
Constitución, se abre la puerta a la inclusión y a la garantía de derechos de
las personas, pueblos, y nacionalidades. Una Constitución que recoge en su gran
mayoría, las agendas de los diversos sectores sociales y se convierte en la hoja
de ruta para todas y todos los ecuatorianos, podríamos afirmar sin lugar a
equivocarnos que los cambios que hoy vemos en el escenario político ecuatoriano
y en la vida de los ciudadan@s, especialmente de los afroecuatorian@s se plasman en la gestión de este proyecto
político de izquierda, que tiene la capacidad de reconocer el aporte del pueblo
afroecuatoriano.
Reconociendo estos avances, es importante también decir
que hoy por hoy, los ejes de acción y la apuesta que hacen l@s afroecuatorian@s
pasa por la revisión de sus agendas y en esa medida promueven el II Congreso
Unitario del Pueblo Afroecuatoriano, que tiene como objetivo, impulsar un
espacio de diálogo y debate que posibilite la consolidación de una agenda prioritaria que sea la herramienta política de negociación
con el gobierno nacional y los gobiernos
locales, en base a la consecución de la política pública, con enfoque
intercultural.
La preparación del II CUPA, ha significado establecer
mecanismos de consensos a través de la realización de asambleas provinciales en
donde la diversidad de organizaciones afros, han tenido el espacio para debatir
sobre la realidad actual del pueblo afroecuatoriano, discutir la temática propia del Congreso, el mismo que
contará con la participación de 400 delegados nacionales. En el evento, además
participarán observadores internacionales, provenientes del movimiento
afrodescendiente de la región y que desde una propuesta política progresista
hacen parte de la Articulación Regional Afrodescendiente.
En este sentido el Congreso pretende tratar temas como la
participación política, territorio, educación en sus diferentes niveles, salud,
vivienda, crédito para programas productivos, que mejoren las condiciones de
vida del pueblo afroecuatoriano, entre otros. El reconocimiento del Ecuador
como un Estado intercultural y plurinacional, significa promover la equidad
entre los diversos pero sobre todo apostar por lo que yo llamo, la teoría de las
3R, es decir, Reconocimiento de la
Diversidad, Redistribución de la
Riqueza, y Redistribución del Poder,
esta es la clave para impulsar procesos democráticos, participativos y con políticas
que le cambian el rostro al país, posicionándolo como un Estado con igualdad de
oportunidades, garante de derechos a través del respeto de las normas de
convivencia. En ese camino los afrocuatorian@s se afincan en la consolidación como
un movimiento social fortalecido, democrático, articulado entre sí y
sintonizado con las transformaciones políticas propias del contexto en el cual
se circunscribe su accionar, promoviendo la renovación de nuevos liderazgos a
través de la formación política y académica.
El II CUPA, por tanto, será el espacio para evaluar estos
últimos años tanto en lo político, como lo organizativo, para construir
alianzas como eje fundamental, pues las luchas no son en solitario, pero servirá
sobre todo, para esgrimir alternativas políticas con miras a mejorar la calidad
y las condiciones de vida de los afroecuatorianos.
1 comentario:
Esta es una mirada, la mía, desde afuera.Es una reflexión muy interesante. Es importante reconocer las reivindicaciones que se han logrado en la presente coyuntura política pero hay que avanzar en la construcción desde los afros con una visión de totalidad de país una agenda nacional de desarrollo, como quiera llamarse. Hay que trascender el discurso étnico. La construcción de poderes y la participación política de nuestros dirigentes sobre la base de una concepción étnica, y asumiendo la pluralidad nacional.Pero estando siempre en los mecanismos de decisión o incidiendo en ellos, mejor desde adentro, los margenes nunca son efectivos o duran mucho para impactar.
Mis mejores deseos para II Congreso(Unitario)Afroecuatoriano.
No dejo de expresar, que siento envidia de ustedes, nosotros en República dominicana aun no podemos hablar de un movimiento afrodescendiente.
DS
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